Vida social
La confianza es uno de los pilares en los que se basan las
relaciones con los malayos, bien sean relaciones comerciales o personales. Si
le notan desconfiado o poco seguro, no tendrás muchas posibilidades de hacer
negocios con ellos. La confianza hay que ganarla, por eso puede ser que en tus
primeras visitas no te inviten a demasiados eventos sociales. Con el tiempo, irán
invitando a más actos sociales. Las invitaciones deben ser aceptadas de buen
grado, ya que cada acto o reunión social a la que no se acuda, puede ser una
pérdida de oportunidades.
Hay que tratar de mantener siempre la compostura en público
y no perder las formas bajo ningún concepto.
Cuando se recibe una invitación, se recomienda responder a
dicha invitación, ya sea de manera positiva o negativa, mediante una tarjeta
escrita. Esta respuesta no debe hacerse en una tarjeta de color azul, blanco o
negro, por las connotaciones populares que tienen para ellos. Lo mejor es
utilizar una cartulina de color rojo o rosada, e incluso tonos dorados.
Cuando le invitan a una comida, generalmente almuerzo, en el
que su pareja no está invitada suele significar que va a ser una comida de
negocios. No obstante, deje que siempre sean sus anfitriones quienes saquen el
tema. Cuando las parejas no son invitadas, sea un almuerzo o cena, suele
significar que es de negocios. Nunca se habla de negocios si están las parejas
presentes. La factura la paga quien le invita. Y no trate de pagar, pues se
puede considerar una ofensa.
La comida empieza cuando lo hacen los anfitriones. Ellos son
los que dan la "salida" cuando toman sus cubiertos.
Las propinas directas no suelen ser demasiado habituales, No
obstante, si el servicio cree que ha sido excelente puede dejar algo de propina
suplementaria en el platillo de la cuenta.
Los menús tipo buffet son muy utilizados por los malayos.
Servir muchos tipos de comida es habitual en sus actos sociales. Los
anfitriones son los primeros que se sirven y a continuación lo hacen los
invitados.
Recuerde, que su cultura, hace que las mujeres y los hombres
se sienten separados. Aunque puede variar esta costumbre si hay invitados
extranjeros.
Utilice únicamente su mano derecha para comer y ten cuidado
de no tocar a nadie con su mano izquierda.
El servicio de mesa también tiene sus peculiaridades. Entre
otras está que el utensilio de servir (cazo, cucharón, cacillo, etc.) no debe
tocar nunca el plato. Tampoco se debe servir ningún alimento con las manos.
Al igual que la mano izquierda para los musulmanes es
impura, tampoco son bien considerados los perros, que para ellos son animales
impuros y sucios. Por ello no verá un perro mientras hay una visita en su casa.
Tampoco debe usted acudir con uno si lo tiene.
En el caso de solicitar la atención de algún camarero deberá
hacerlo llamándolo con su mano, con la palma abierta y extendida.
Regalar en Malasia.
El regalo es para agradar no para ofender, molestar o poner
en un compromiso. Los regalos se hacen a los amigos y familiares. Por lo tanto
no debe hacer un regalo a una persona que acaba de conocer.
Si no tiene en cuenta estos principios corre el riesgo de
que el regalo tenga una mala interpretación (generalmente como soborno o un matiz
similar). Malasia tiene una agencia contra la corrupción que tiene unas normas
muy estrictas al respecto. Cualquier indicio de soborno o corrupción puede
acarrearle serios problemas.
Una vez que ha establecido una relación, si opta por hacer
un regalo hágalo de un valor moderado y nada ostentoso. Si es usted quien
recibe un regalo, tiene que corresponder con otro de características similares.
No se abren los regalos en presencia de la persona que los
regala. Si recibe un regalo, de las gracias, pero no abra el regalo. Los
regalos se reciben con ambas manos y las palmas hacia arriba. Actúa de la misma
manera que ellos, aunque no sea su costumbre. Cuidado con los regalos que van
de un hombre a una mujer. Hay que elegir un regalo "muy neutro", pues
se podría interpretar como algo que no es (por ejemplo, un interés personal).
Si hace un regalo a una mujer puede explicarle que fue su mujer o su secretaria
quien eligió ese regalo. Esto descarga cualquier tipo de mala interpretación.
Regalar a los malayos étnicos.
Si le invitan a una casa debe tener un detalle con ellos y
llevar un pequeño obsequio. Un detalle práctico o algún tipo de libro sobre su
país puede ser un buen detalle. También son bien aceptados, aunque a nosotros
nos parezcan algo personales, algún tipo de perfume sin alcohol para las
señoras, camisas de algodón para los caballeros y algún tipo de juguete para
los niños. Cuidado con los obsequios de alimentos: bombones, dulces o similar.
Cuidado con los productos típicos de su país que puedan llevar carne o
productos similares. Y lo mismo con el alcohol, hay que tener cuidado con sus
creencias y prohibiciones. Los productos de piel es mejor evitarlos para no
confundir algún tipo de piel.
Los regalos se entregan poco antes de marchar. La
importancia del envoltorio hay que tenerla en cuenta, sobre todo en cuanto al
color del papel. El blanco no es un buen color pues está relacionado con la
muerte y los ritos funerarios. Los colores que mejor se adaptan a sus gustos
con el rojo y el verde.
Protocolo empresarial
Es un gesto de cortesía aprender unas palabras en su idioma,
Bahasa. Es un detalle que agradecerán.
1. Reuniones. El primer paso a dar al llegar a una reunión
es hacer las correspondientes presentaciones entre las personas que van a
participar en la misma. En sus exposiciones, no es buen argumento de venta la
comparación de sus productos con otros similares aunque salga ganando el
propio.
2. Tarjetas de visita. Las tarjetas de visita son para los
malayos una carta de presentación muy importante, por lo que se deben imprimir
en una cartulina de calidad y con una buena impresión y con caracteres dorados.
No obstante puede estar impresa en negro, pero con gran calidad. Nada más
terminar las presentaciones es cuando se procede a repartir las tarjetas de
visita entre los asistentes. Siempre se deben entregar por el lado en el que
está impreso su idioma. La tarjeta de visita debe contener los datos más
elementales de la persona: nombre completo, nivel educativo (carrera si la
tiene), cargo profesional. En Malasia es habitual encontrar este tipo de
información en las tarjetas de visita. En los malayos reciben su tarjeta de
visita con ambas manos, y la observan durante un tiempo. La tarjeta se guarda
en el tarjetero, en la carpeta o en la agenda, pero no se la guarde en el
bolsillo (al menos del pantalón). Tampoco se debe escribir sobre ellas.
3. Empresarias. Las mujeres empresarias pueden encontrar
algunas dificultades para hacer negocios en Malasia. Su cultura es aún poco
tolerante con las mujeres. No obstante, las mujeres extranjeras reciben un
trato muy diferente a las locales.
4. Etnias. Malasia en un país receptor de muchas personas de
otros países. Es fácil que usted haga negocios con personas de distintos
países, sobre de todo de China y de la India. Éstos tienen diferencias
culturales significativas con los malayos propios del país. Téngalo en cuenta a
la hora de negociar.
5. Tiempo. Las negociaciones en Malasia suelen ir a un ritmo
lento, por lo que debe armarse de
paciencia para llegar a establecer una buena relación empresarial con sus
colegas.
6. Confianza. Es una palabra fundamental para tener éxito en
las negociaciones. La persona es muy importante para ellos y por esta razón es
fundamental transmitirles firmeza y confianza.
7. Respeto. Los malayos son muy respetuosos con sus mayores
y con sus superiores. Trate siempre con respeto a estas personas. Si entra a un
lugar donde hay un grupo de personas salude primero a las personas de más edad.
No fume cuando saluda a otra persona. Tampoco es educado saludar a otra persona
con gafas de sol, cubierto con un sombrero o visera o con cualquier otro objeto
que le tape los ojos y la cabeza.
8. Los malayos, como muchos otros pueblos son poco dados a
expresar emociones en público, y esperan de los demás que hagan lo mismo. Son
muy calmados y no expresan públicamente sus sentimientos aunque la situación
sea incómoda o descontrolada. Los malayos han sido educados para que las
emociones no les dominen.
9. Negativas. No espere nunca un "no" como
respuesta directa, sino que es más fácil que escuche un "si" dubitativo,
que puede significar un "no". Decir con cierta tibieza "si"
suele significar una respuesta negativa a su propuesta. Tampoco le debe extrañar si la respuesta negativa o rechazo
de una propuesta le llega por medio de un tercero.
10. Gestos. Cuando conversa con un malayo puede haber
ciertos gestos que nos pueden dar pistas sobre lo que le están queriendo decir.
Si aspira aire entre los dientes, lo
contrario a silbar, suele ser síntoma de desacuerdo por su parte; indica cierta
desconfianza y actitud negativa hacia lo que decimos o proponemos. Da lo mismo
lo que pueda decirle, en el fondo está rechazando o desconfiando.
11. Pausas. No debe asustarse ante los silencios y pausas.
Estos períodos de tiempo les sirven como puntos de reflexión, pero no tienen un
significado ni positivo ni negativo.
12. Contrato. Las peticiones, negociaciones de nuevos
puntos, cambios, etc. pueden darse incluso después de haber firmado el
contrato. Por ello no podemos dar por cerrado completamente nunca las
negociaciones pues siempre pueden estar abiertas a cambios o modificaciones,
cosas que no suelen ocurrir en la cultura occidental de los negocios.
13. Conversar. En sus conversaciones debe evitar las
críticas al Rey, al Primer Ministro o a miembros del gobierno. Por lo tanto, la
política no es un buen tema para conversar. Es mejor dejar que sea la otra
parte la que inicie la conversación.
Puede hablar de cine, y tener la picardía de leer con anterioridad
la cartelera de cine local. Si les habla de su cine y de sus últimos estrenos
les dejará gratamente sorprendidos. Ellos son amantes de su cine.
14. Cuando entra en una casa es preceptivo quitarse los
zapatos, lo mismo que cuando entra a una Mezquita o cualquier otro edificio en
el que se lo requieran.
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